El 96 aniversario del natalicio de Rafael Alberti, reconocido entre los mejores poetas hispanos del siglo XX, fue conmemorado con una exposición «Rafael Alberti, pintor» en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís.
Aunque ha trascendido gracias a su poesía, Rafael Alberti (Cádiz, 1902), fue pintor primero que escritor.

 Para conmemorar el 96 aniversario de quien es reconocido entre los mejores poetas hispanos del siglo XX, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís se instaló, en febrero reciente, la exposición «Rafael Alberti, pintor».
En la ceremonia inaugural estuvo presente la propietaria y organizadora de la muestra, Aitana , hija del poeta, quien deleitó con su voz a los asistentes al interpretar fragmentos de la Invitación a un viaje sonoro, de Alberti, cantata a dos voces para versos y laúd con acompañamiento de piano.
Este homenaje sirvió de inicio al Encuentro Festival del Proyecto Cultural Sur para el fomento de las Artes y las Letras, que durante una semana propició exposiciones, lecturas de poesía, conciertos y conferencias en varias instituciones de La Habana, con el objetivo de promover creadores poco conocidos en los grandes circuitos comerciales.
Como parte de los agasajos, la Sociedad de Beneficencia Andaluza entregó el premio anual Rafael Alberti a los destacados autores cubanos –pareja en la vida– Fina García Marruz y Cintio Vitier, «por trasmitir en su obra el espíritu del poeta», según dijera Pablo Armando Fernández, Premio Nacional de Literatura y miembro del jurado junto a Aitana, José Vallejo y Carlos Martí.
 Recuperados de la «sorpresa abrumadora» –según confesaron– Fina y Cintio pudieron entonces rememorar su encuentro con quien llamaron «maestro andaluz» y agradecieron el premio, que es conferido a «los artistas que contribuyan al mejoramiento de la vida».
«Con esa torpe monumental que es el alma, gracias», dijo Vitier en nombre de ambos.
Estas palabras abrieron las puertas del claustro norte de la Basílica, que acogió 56 obras realizadas en diversas técnicas como acuarela, óleo, dibujo, pastel, grabado..., entre las que sobresalen y cautivan aquellas en que Alberti recrea el universo de la palabra, no por su sonido, su significado, sino por su grafía y por la representación visual de las letras que componen cada vocablo.
La muestra, que incluye obras llevadas entre 1997 y 1998 a museos de Costa Rica, Perú, Panamá, Uruguay, Argentina y República Dominicana, posteriormente recorrería ciudades de Estados Unidos. Muchas de ellas fueron concebidas por Alberti en su exilio en Argentina durante la década del 50, y en Italia, donde se adiestró en la técnica del grabado: aguafuerte, xilografía, linóleum, litografía y el grabado sobre plancha de plomo, esta última poco conocida y «la más fascinante y sorprendente de todas», según él mismo dijera en alguna ocasión. «Yo, paciente más que un monje miniador –un chino-ítalo-arábigo-andaluz– del medioevo, hice libros de gran formato, manugrafiados por mí, con tiradas restringidas, de diez o quince ejemplares solamente».
Aunque ha trascendido gracias a su poesía, Rafael Alberti (Cádiz, 1902), fue pintor primero que escritor. Antes de sumergirse en el mar de la poesía hizo una exposición en el Ateneo de Madrid (1922). «Luego, durante mucho tiempo, me olvidé de todo eso, aunque por debajo me seguían fascinando, comprobándolo al leer, las formas de las letras, su figuración tan llena de fantásticas sugerencias». En 1945, retorna a su primera vocación, a su nostalgia del Museo del Prado, y escribe el libro de poemas titulado A la pintura,, donde combina verso y color, e inventa el nombre de «liricografías».
Alberti es el último sobreviviente de la generación del 27, que integró junto a Federico García Lorca, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Gerardo Diego y Dámaso Alonso. Se consagró en 1925 con el poemario Marinero en tierra que le valió el Premio Nacional de Literatura y mucho más tarde, en 1983, sus méritos como escritor fueron coronados con el Premio Cervantes, máximo galardón de la literatura en español.

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