En el número 45 de Opus Habana (Vol. XV, No. 1, feb./jun. 2013) vió la luz el trabajo «Alfredo o la intuición creadora», de su editor general, Argel Calcines, para homenajear al destacado intelectual cubano, fallecido el pasado 19 de abril. Con motivo del 35 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, reproducimos dicho texto, así como los sumarios de sendos dossiers dedicados a Guevara, que aparecen en las más recientes entregas de las revistas Cine cubano y Nuevo Cine Latinoamericano.

A propósito del 35 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, que hasta este domingo 15 de diciembre tiene lugar en La Habana, reproducimos el trabajo «Alfredo o la intuición creadora», publicado en el número 45 de Opus Habana, Vol. XV, No. 1, feb./jun. 2013, con motivo del fallecimiento del fundador de ese evento, Alfredo Guevara.

Los intelectuales mueren y solo quedan sus libros. Esta certeza perogrullesca podría adquirir una connotación especial, tratándose de Alfredo Guevara, uno de los intelectuales insignes de la Revolución cubana. Fundador del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y, junto a otras grandes figuras, del movimiento Nuevo Cine Latinoamericano, quizás fue él quien más creyó en esa suerte de metáfora prospectiva: lo de «nuevo cine» como proyección utópica. Así lo hizo saber al dejar inaugurado el 33 Festival, dirigiéndose específicamente a los jóvenes: «Es esa mirada a la Utopía la que nos hace contemporáneos, y jóvenes, a ustedes los que lo son y a los que nos negamos a envejecer; ser revolucionario es ser joven de otro modo». Que fuera el último festival para Alfredo, después de tantos años manteniéndolo ininterrumpidamente desde 1979, quedará en nuestra memoria junto al concierto de los Van Van y un histriónico Fito Páez vestido de rojo, los músicos invitados a aquella velada postrer.
En 1998 entrevisté a Alfredo Guevara para la revista Opus Habana, a lo que había accedido con una sola condición: no quería hablar de cine. Eran días difíciles para él. Fue entonces cuando comenzó a preparar sus libros, el primer de los cuales —con el título de Revolución es lucidez— vio la luz ese mismo año, e incluye en sus primeras páginas la mencionada entrevista. Al releerla, he recordado cómo no le satisfacía su respuesta a la pregunta: Y la intuición, ¿qué es para usted la intuición?, lo cual había tratado de solucionar reconociendo su propia desazón: «Me detengo en si no habré confundido intuición e inspiración. Conozco un texto que de algún modo los combina, se titula La intuición creadora. Tendré que consultar el Diccionario».
Ello me dio pie para escribir la introducción de la citada entrevista, que titulé «Más que ser insular... ser isla»: «Conceptualiza con la mesura de quien sabe que los conceptos son demasiado frágiles, demasiado… De ahí, quizás, ese sopesar suyo de cada frase, las pausas en vilo… el tono íntimo con que envuelve las ideas más complejas, sobre todo cuando de abstracciones se trata. A veces críptico, siempre inconmensurable…, Alfredo Guevara respondió por escrito, pero no escatimó tiempo y lugar para enriquecer con su voz ese intento de conversación silenciosa que subyace en todo cuestionario. Defensor inclaudicable del artista en revolución, es capaz de asumir la vacilación y la duda filosóficas, pues no se reconoce dueño de certeza alguna, sino ser un buscador incesante de la verdad».
«Ese soy yo», me dijo tras leer detenidamente aquella caracterización de su persona. A partir de ese encuentro, aunque apenas hablamos unas cinco o seis veces más, recibí siempre una invitación al Festival y, algo muy importante: cada uno de sus libros, en su mayoría dedicados. Es por eso que, en lugar de un obituario, prefiero referirme al valor de ese legado, que era «inicio o adelanto de memorias que escribiré o no en los años que vienen/voluntad de transparencia de contribuir al conocimiento de la complejidad de una época. Muy cordialmente, Alfredo Guevara. La Habana, diciembre de 2003».
Alfredo Guevara publicó seis libros en vida; de ellos, la mitad en coautoría. Estos últimos son Ese diamantino corazón de la verdad y Un sueño compartido, ambos en 2002, bajo un mismo concepto editorial: develar su correspondencia cruzada, en el primer caso, con el director italiano Cesare Zavattini, y en el segundo, con el cineasta brasileño Glauber Rocha. A estos se sumó Los años de la ira. Viña del mar 67 (2007), cuya idea, selección y prólogo compartió con el joven periodista cubano Raúl Garcés. La otra trilogía está conformada por el ya mencionado Revolución es lucidez (1998), Tiempo de fundación (2003) —que conservo con la dedicatoria antes citada— y el último de todos, que, bajo el enigmático título ¿Y si fuera una huella? (2008), reúne centenares de cartas personales, en su mayoría inéditas.
¿Cómo revelar el intríngulis que contienen esos libros? Asumiéndolos como un conjunto único que es preciso reconstruir, confrontando sus registros documentales, ya sea cronológica o temáticamente. Al publicar documentos dispersos u olvidados, Alfredo no temió dejar constancia de sus ideas vertidas en contextos históricos ya superados, sino que —además— develó información inédita para que se entendiera por qué esas ideas fueron dichas en cada momento. Es obvio que esa «voluntad de transparencia» se expresara con arreglo a determinados niveles de conveniencia, los cuales fueron variando en la medida en que su proyecto editorial avanzaba; de ahí que sus libros deban leerse paralelamente. Asistimos así al conflicto existencial de un intelectual autocrítico que siempre profesa fidelidad acérrima al proceso revolucionario —identificándolo con lo creativo—, pero que a la misma vez se mantiene en puja constante con las tendencias dogmáticas que ese mismo proceso inevitablemente acarrea. ¡Y que también pudieron haberlo contagiado!
Como expresión de esa perenne inconformidad dialéctica, puede asimilarse el pensamiento ideológico-artístico de Alfredo Guevara, volcado en artículos, conferencias, informes, ponencias, intervenciones, cartas y demás materiales reunidos en dichos volúmenes. En su excelente proemio a Tiempo de fundación, titulado «Sobre carbones ardientes», Graziella Pogolotti subraya la autenticidad de esa base documental, aplicable a todo el conjunto: «En este libro de clara intención testimonial, Alfredo Guevara ha eludido la tentación de apelar a la evocación memoriosa. Privilegió la literalidad por encima de la literariedad. Cedió la palabra a los documentos mondos y lirondos».
¿Y si fuera una huella?, el título del último libro, su epistolario, se refuerza con la imagen de portada: el chaleco azul dejado caer sobre sus hombros, con el botón insignia de la Legión de Honor. La figura a medias (no se le ve el rostro) es en sí misma un enigma; transmite la razón oculta —el intríngulis— de su personalidad, según él mismo confiesa: «Tal vez por eso la palabra y concepto “interrogación” con todo cuanto la define y potencia, resulta la más bella, humilde y graciosa del lenguaje y germen-incitación del pensamiento. Ella soy, ella me guía, soy pregunta».  
Alfredo Guevara lo consiguió: deja solo preguntas. Ellas subyacen en sus tomas de posición, en su confrontación constante con otros miembros del campo intelectual desde inicios de la Revolución. Equidistante a ambos extremos: dogmatismo y liberalismo, su figura encarnó la existencia del ICAIC como institución fundacional que proyectó sagazmente el ideario revolucionario hacia el mundo exterior, sobre todo latinoamericano. Que la Revolución hubiera tenido de su lado a un intelectual de su talla, poseedor de la intuición creadora, resulta una prueba de que no todo es en blanco y negro.
Una lectura transversal de sus libros arroja un referente primordial para quienes se propongan escribir distanciadamente la historia —aún no escrita— de las relaciones entre intelectualidad y poder revolucionario.

Argel Calcines
Editor general de
Opus Habana

 


Fundadas por Alfredo Guevara, las revistas Cine cubano y Nuevo Cine Latinoamericano dedicaron sus páginas a rendir homenaje a este intelectual cubano, fallecido el 19 de abril de 2013.

Al destacado intelectual Alfredo Guevara rindieron tributo las revistas Nuevo Cine Latinoamericano y Cine cubano, esta última presentada en el Hotel Nacional, en el contexto del 35 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. El número, correspondiente a julio-diciembre del 2013, cuyo dossier está dedicado a este gestor de la cinematografía nacional, fue introducido por Eusebio Leal Spengler; el sociólogo Aurelio Alonso; Mercy Ruiz, directora de Ediciones ICAIC, y la realizadora chilena Carmen Castillo. Durante el acto, el Historiador de la Ciudad evocó al amigo y también al «batallador sin cuartel hasta el final por todo lo que él consideraba desviaciones, lo mal hecho o la falta de esperanza».

Revista Cine Cubano, No. 189/190 (julio/dic. 2013).
Sumario
Dossier: Alfredo Guevara, in memoriam
«La cultura y la Revolución» por Alfredo Guevara/ pág. 4
«En elogio de Alfredo Guevara» por Eusebio Leal Spengler/ pág. 8
«Alfredo Guevara, fundador del cine cubano»/ pág. 10
«Alfredo Guevara: el peso de la Historia» por Sandra del Valle Casals/ pág. 20
«Ya te puedes ir que se salvó el ICAIC» por Manuel Pérez Paredes/ pág. 26
«El siglo de las luces» por Fernando Pérez/ pág. 29
«Recuerdos de Alfredo, hereje amigo» por Aurelio Alonso, con testimonios de Emir Sader y Rufo Caballero/ pág. 31
«Pensar en / con Alfredo» por Víctor Casaus/ pág. 37
«No seré yo quien predique prudencia» (Entrevista con Alfredo Guevara) por Julio César Guanche/ pág. 41
«Carta a Alfredo» por Carmen Castillo/ pág. 48
«En Memoria de Alfredo Guevara. Breve historia de una buena amistad fraterna» por Monseñor Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal/ pág. 53
«El cine cubano, 1963» por Alfredo Guevara/ pág. 55

 

 

Revista Nuevo Cine Latinoamericano, No. 15 (invierno de 2013).
Sumario
Dossier-homenaje a Alfredo Guevara
El fundador del ICAIC, del festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y de la revista Nuevo Cine Latinoamericano regresa en estas páginas con sus ideas sobre el intelectual cubano y latinoamericano, los retos de la Revolución y los revolucionarios hoy, y las diez películas que salvaría del patrimonio cinematográfico mundial.

«Los diciembres sin Alfredo» por Faride Zerán y Sergio Trabucco/ pág. 26
«Alfredo Guevara, intelectual cubano y la Globalización: "Vivimos la era de la desorientación"» por Faride Zerán/ pág. 27
«Alfredo Guevara: La ignorancia es enemiga de la Revolución» por Raúl Garcés/ pág. 36
«No es fácil la herejía» (fragmentos) por Alfredo Guevara/ pág. 42
«Diez filmes ineludibles: Una selección de Alfredo Guevara»/ pág. 46

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