Momento importante fue cuando Mahmoud Abbas subió al último piso de la Casa de los Árabes, donde se encuentra la única sala de plegarias islamita en Cuba, la cual brinda su espacio para la reunión de los fieles musulmanes árabes, asiáticos y africanos que radican en la isla.

Mahmoud Abbas, presidente del Estado de Palestina, recorrió esta mañana de domingo el Centro Histórico de La Habana, acompañado por el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler.

 
Abbas observa el retablo que él mismo regalara al Presidente cubano, Raúl Castro.


«Estamos muy contentos de que el gobierno cubano se preocupe de este Centro Histórico, para así transmitirle a las nuevas generaciones la importancia que merecen la historia y cultura de las civilizaciones y los pueblos», expresó el líder palestino en un aparte a la prensa tras concluir el recorrido, que incluyó la Casa de los Árabes, inaugurada el 16 de noviembre de 1983 como parte del proyecto de restauración integral de La Habana Vieja.
Con sede en una antigua construcción de  finales  del  siglo XVIII y  principios  del  XIX, en la calle de los Oficios, esa institución atesora en una de sus salas varios exponentes del arte palestino, entre ellos un cofre de nácar y madre perla que el líder Yasser Arafat obsequiara al Comandante en Jefe, Fidel Castro.
En el panel central de la tapa de dicha pieza, se puede apreciar la imagen de la Cúpula de la Roca (Qubbat Al Sakhra), uno de los más importantes sitios de peregrinación islámica, pues desde esa roca el profeta Mahoma se elevó al cielo, y allí mismo Abraham, progenitor de los árabes, estuvo a punto de efectuar el sacrificio de su hijo a Dios (Alá para los musulmanes).
También en esa sala de la Casa de los Árabes se conserva un retablo que, representando a la santa cena en Jerusalén, regalara el propio Abbas al Presidente de la República de Cuba, General de Ejército Raúl Castro.
Momento importante fue cuando Abbas subió al último piso, donde se encuentra la única sala de plegarias islamita en Cuba, la cual brinda su espacio para la reunión de los fieles musulmanes árabes, asiáticos y africanos que radican en la isla. En ella permanece el Mihrab (nicho que indica la Quibla, la cual orienta hacia donde está la Meca y a la cual deben dirigir sus plegarias los musulmanes) y el Minbar (púlpito desde el cual generalmente el Iman dirige la oración).
Allí, el arabista Rigoberto Menéndez, director de la Casa de los Árabes, aprovechó para agradecer la ayuda prestada en aras de mantener esta institución «que es salvaguarda del patrimonio cultural de los pueblos árabes», incluida la presencia de los inmigrantes palestinos en Cuba, de los que hay constancia a partir de 1883. 

 
 El mandatario palestino firma el libro de visitantes de la Casa de los Árabes. A su lado,Rigoberto Menéndez, director de la institución. 


Según el especialista, desde 1929 hasta 1979 existió en el Barrio Árabe de La Habana, ubicado en la zona de la calle Monte, la Sociedad Árabe Palestina, la cual ese último año se fusionó en la Unión Árabe de Cuba. Esta última agrupa a representantes de todas las confesiones propias del mundo multirreligioso mesoriental. Así, por ejemplo, un gran porciento de los arribantes libaneses a Cuba pertenecía a la comunidad cristiano-maronita, procedentes en su mayoría de la montaña libanesa o Monte Líbano.
El itinerario se inició en El Templete, monumento neoclásico que recuerda el asentamiento definitivo de la Villa de San Cristóbal de La Habana junto al puerto en 1519, «pocos años después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492, el mismo año en que se produce la rendición de Granada, que puso fin a más de siete siglos de dominio político-árabe musulmán en España», explicó Leal Spengler al mandatario palestino.
«Sin embargo —acotó el Historiador de la Ciudad de La Habana— una parte de los islamitas rechazó la conversión al catolicismo y continuó practicando sus credos, hábitos y costumbres. De ahí que la diáspora morisca sea la primera vía de la impronta árabe en Cuba, llegada desde el sur de España (antigua Al-Andalus islámica)».
Al irrumpir en el antiguo Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, Leal Spengler aprovechó para destacar la influencia de aquellos elementos que recuerdan de alguna manera la presencia árabe en la arquitectura colonial cubana, ya sea por la disposición de los patios o el estilo de las arcadas.
Posteriormente, entraron al edificio del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, donde se han recreado los principales espacios de la primera Universidad cubana (1728), cuya sede y convento anexos fueron derruidos a finales de los años 50 del siglo XX.
Además del Aula Magna, ese proyecto comprendió la restitución del simbólico «Patio de los Laureles», donde se colocó el brocal del antiguo pozo o aljibe de aquel convento. De hecho las palabra aljibe es un vocablo árabe que quedó para siempre en  el idioma español.
Luego de visitar la Casa de los Árabes y firmar el libro de visitantes, Abbas siguió acompañado por el Historiador de la Ciudad hasta la Plaza de San Francisco, donde terminó el histórico recorrido. Y allí, al ser abordado por la prensa, el mandatario palestino reafirmó que las «relaciones con Cuba continuarán fortaleciéndose» luego de haber sostenido un importante encuentro el sábado con el General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los consejos de Estado y de Ministros, además de firmar acuerdos bilaterales.

 

Redacción Opus Habana


 

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