Dibujos, esculturas y obras gráficas del artista inglés Henry Moore fueron vistas en la exposición itinerante «Henry Moore: hacia el futuro», abierta al público cubano hace alrededor de una década en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam. Además, a varias regiones de América Latina fue llevada esta muestra que organizó la Fundación que honra y promueve la labor artística de este gran escultor.
 Diferentes habilidades manuales y mucha sensibilidad propiciaron esta representación escultórica de uno de los grandes hitos de la historia universal. La idea original era lograr una réplica de un viejo exponente de la iconografía cristiana habanera a partir de maderos monolíticos de cedro, pero los resultados parciales estimularon que se obrara con creatividad y desenfado artísticos.
 Este pintor se inscribe con virtuosismo y pasión en una de las tendencias más atractivas de la pintura cubana posmoderna. Su obra deslumbra por la vuelta al oficio, así como por la cita y apropiación creadora de los códigos visuales posteriores a la Edad Media.
 Entre las mujeres que cultivan la cerámica se encuentra Martha Jiménez, quien desde su Camagüey funde sus inquietudes artísticas en la masa de barro disponible. De sus manos salen variados personajes, sus seres voluminosos, que en variados momentos han sido expuestos en otras porciones de nuestra Isla. Hace unos años los mostró en el Museo de la Ciudad con la muestra «De la tierra a la vida».