Con un criterio universalista y alegórico, la obra de Miguel ángel Salvó (Holguín, 1971) conjuga aproximaciones de por lo menos tres vertientes de la historia del arte: el expresionismo, el muralismo y —como guinda a este último— el realismo socialista.
 La exposición «Cerámica Jacas», exhibida de diciembre de 2006 hasta enero de 2007 en la galería Carmen Montilla, mostró las habilidades y capacidad creativa del artista santiaguero en el complejo mundo de la cerámica.
 Hijo del otro polo del paisajismo insular: la otrora provincia de Las Villas, López Pardo ha abierto las puertas del nuevo siglo con un paisaje conceptualista. Analítico más que literal, ajeno a todo naturalismo –mas, no por ello menos natural–, sus proyecciones visuales más ingentes apuntan hacia un horizonte de seducción casi onírica, a resguardo de un interés racionalista, no exento de universalidad.
 En la obra de William Hernández Silva (Perico, Matanzas,1971), «la concupiscencia de manifestaciones, géneros, temáticas, estilos, provoca la interacción de códigos disímiles y hasta la tirantez entre figuras y fondos que pugnan por robarse protagonismo y que sólo puede ser salvada por un excelente dominio de la técnica».