Obras de Mario García Portela, en las que trasluce un punto de vista muy personal sobre la cosa a representar, se exhibieron hace ya algún tiempo en el Centro Histórico, en la galería de la Casa Carmen Montilla.
 Una de las más recias personalidades artísticas del país y, sin duda alguna, uno de los imprescindibles de la plástica cubana del siglo XX.
 Al contrapuntear la voluptuosidad de las frutas con la geometría de los detalles arquitectónicos, este pintor parece querer revelar el lado oculto del barroquismo insular como base generatriz de nuestra naturaleza artística.
 Agustín Bejarano ha asumido el reto más grande para un pintor cubano: hacer un Martí que exprese su sensibilidad de artista y, a la vez, el espíritu de la época en que se inserta como creador.