Espacio demonizado, la poética de José Luis Fariñas sintetiza una suma de exención, de lindes, de universos..., donde cada espacio marginal genera sus cismas y se eleva transitivamente a condición de totalidad.
 Durante la primera edición de la Bienal de Arquitectura de La Habana tuvo lugar la muestra colectiva «Ciudad: deseos, signos, memorias...». De esta manera, en 2003 el Convento de San Francisco de Asís ofreció desde la diversidad de generaciones de artistas, «caleidoscópicas miradas sobre la ciudad y sobre la relación del hombre con su entorno».
 Su estudio-galería, en la calle de los Oficios, contribuye a la gesta restauradora del Centro Histórico y deja entrever nuevas perspectivas de creación.
 El humor y la voluntad lúdrica caracterizan la obra de este artista cubano, quien con inigualable maestría es capaz de iluminar lo mismo el barro, que la madera, el lienzo, la piedra, el vidrio...