La generación de los años 20 y 30 de los novecientos tuvo la pertinencia de hacer coincidir en espacio y causa a personalidades relevantes que imbricaban su ardiente militancia con una estatura espiritual que les permitía brillar con luz propia. Uno de esos talentos que superaban la circunstancia era Rubén Martínez Villena.

 En una tarde lluviosa del presente mes de septiembre, en la Casa de la Poesía, Racso Pérez Morejón y Ciro Bianchi Ross presentaron el libro Las armas y el oficio del joven periodista, editor y crítico Rafael Grillo quien ensaya una suerte de relectura sobre la crónica, en la cual se funden la historia y el periodismo con la creación propia de la literatura. Esto —y algo más— le valió el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara 2008 en la categoría de periodismo literario.

 Hasta el 27 de septiembre se mantiene cada sábado y domingo a las 9:00 de la noche,  la puesta de la obra La Bella y la Bestia en el Anfiteatro del Centro Histórico, presentaciones que se podrían prolongar durante las primeras semanas de octubre, en dependencia del comportamiento de la temporada ciclónica en la Isla. Hasta ahora han sido 22 las funciones que han contado con la asistencia de más de 18 mil espectadores quienes han disfrutado «el desfile de los personajes a través de ese género nada fácil que es el teatro musical».

 Tras visitar una exposición de Picasso, dicen que el autor de El Proceso pronunció esta famosa frase: «El arte es un espejo, que se adelanta como un reloj… a veces». Salvando las distancias, al tratar de referirme a la obra de Leonardo Cuervo (La Habana, 1972) quisiera que se me ocurriera un acertijo semejante, pero sólo alcanzo a figurarme que este joven artista cubano trabaja —o sea, pinta— por encargo… del mismísimo Franz Kafka.